Por Francisca Osorio
Innumerables son las creencias existentes sobre la sexualidad durante el embarazo. Entre ellas, algunas afirman que el deseo sexual de las mujeres aumenta, mientras que otros aseguran que la libido disminuye o simplemente se inhibe.
Sin embargo, lo que siempre ocurre, es que efectivamente hay cambios, pero estos fluctúan según las necesidades sexuales de cada pareja, porque el deseo sexual de la mujer puede desaparecer por completo o bien intensificarse en extremo, algo que también varía con los meses, de una mujer a otra, e incluso, entre un embarazo y el siguiente.
Según el Psicólogo Sexual, Francisco Pérez Deney, egresado de la Universidad Central, los cambios en el deseo sexual ocurren principalmente porque “la libido, durante el embarazo suele oscilar durante sus diferentes etapas, siguiendo diferentes curvas”.
Este profesional, que dicta charlas para el Ministerio de Salud en distintos puntos del país, explica que las mujeres embarazadas suelen seguir dos pautas comunes: una pérdida progresiva a medida que la gestación avanza; o una pérdida en el primer trimestre, recuperación en el segundo, y nuevamente un pérdida en el tercero, al aumentar mucho el volumen del abdomen y acercarse el momento del parto.
Las variaciones en la actividad sexual de la pareja, según el psicólogo, tienen que ver con los primeros síntomas del embarazo, como las náuseas y el cansancio. Mientras que cuando se acerca la fecha del parto la frecuencia de relaciones generalmente es más baja, debido a la pesadez que siente la madre, la mala digestión, el cansancio, los dolores musculares, el insomnio, la retención de líquidos.
Al mismo tiempo, el especialista asegura que “la mayoría de las veces, en el segundo trimestre generalmente aumenta la actividad y reactividad sexual, incluso a veces superando al deseo y reactividad de la vida sexual anterior. Esto sucede como resultado a la adaptación que tiene la mujer y su pareja a los cambios iniciados en el primer trimestre”.
Factores en Juego
Como indica la doctora Miriam Stoppard en su texto “Nuevo libro del embarazo y nacimiento”, los elementos que causarían una disminución en la líbido estarían relacionados con los problemas que acarrea la imagen corporal, ya que a muchas mujeres embarazadas se les hace muy difícil afrontar los cambios físicos que vienen con el. Sumado a ello, el aumento de peso y el cambio de la forma del cuerpo podrían hacer que muchas embarazadas se sintieran incómodas o les fuera difícil el hecho de mantener relaciones sexuales.
En este sentido Perez Deney, comenta “que la satisfacción sexual plena de la mujer se relaciona estrechamente con la felicidad por estar embarazada. En este sentido la imagen corporal es fundamental ya que se llegó a la conclusión de que, cuanto más una mujer se ve a sí misma poco atractiva, es más probable que atraviese por una disminución del deseo sexual”.
Otro de los factores a considerar, planteado por Miriam Stoppard en su libro, es la preocupación de los padres por lastimar al bebé, debido a que gran parte de las mujeres se preocupan por la seguridad de sus hijos cuando están teniendo relaciones sexuales. Lo muchas veces, podría afectar su deseo sexual.
Es por ello que los especialistas hacen hincapié en recordar a los futuros padres que lo importante es comprender que estos cambios son completamente normales y forman parte de todos los embarazos. Esta es una situación pasajera durante el embarazo, y que puede que incluso con el transcurso de unas semanas la situación cambie. Si no hay ningún impedimento, el sexo puede disfrutarse mucho y de manera especial cuando la mujer está embarazada. Realmente existen pocos casos en los que mantener relaciones sexuales está contraindicado.
Sin embargo, lo que siempre ocurre, es que efectivamente hay cambios, pero estos fluctúan según las necesidades sexuales de cada pareja, porque el deseo sexual de la mujer puede desaparecer por completo o bien intensificarse en extremo, algo que también varía con los meses, de una mujer a otra, e incluso, entre un embarazo y el siguiente.
Según el Psicólogo Sexual, Francisco Pérez Deney, egresado de la Universidad Central, los cambios en el deseo sexual ocurren principalmente porque “la libido, durante el embarazo suele oscilar durante sus diferentes etapas, siguiendo diferentes curvas”.
Este profesional, que dicta charlas para el Ministerio de Salud en distintos puntos del país, explica que las mujeres embarazadas suelen seguir dos pautas comunes: una pérdida progresiva a medida que la gestación avanza; o una pérdida en el primer trimestre, recuperación en el segundo, y nuevamente un pérdida en el tercero, al aumentar mucho el volumen del abdomen y acercarse el momento del parto.
Las variaciones en la actividad sexual de la pareja, según el psicólogo, tienen que ver con los primeros síntomas del embarazo, como las náuseas y el cansancio. Mientras que cuando se acerca la fecha del parto la frecuencia de relaciones generalmente es más baja, debido a la pesadez que siente la madre, la mala digestión, el cansancio, los dolores musculares, el insomnio, la retención de líquidos.
Al mismo tiempo, el especialista asegura que “la mayoría de las veces, en el segundo trimestre generalmente aumenta la actividad y reactividad sexual, incluso a veces superando al deseo y reactividad de la vida sexual anterior. Esto sucede como resultado a la adaptación que tiene la mujer y su pareja a los cambios iniciados en el primer trimestre”.
Factores en Juego
Como indica la doctora Miriam Stoppard en su texto “Nuevo libro del embarazo y nacimiento”, los elementos que causarían una disminución en la líbido estarían relacionados con los problemas que acarrea la imagen corporal, ya que a muchas mujeres embarazadas se les hace muy difícil afrontar los cambios físicos que vienen con el. Sumado a ello, el aumento de peso y el cambio de la forma del cuerpo podrían hacer que muchas embarazadas se sintieran incómodas o les fuera difícil el hecho de mantener relaciones sexuales.
En este sentido Perez Deney, comenta “que la satisfacción sexual plena de la mujer se relaciona estrechamente con la felicidad por estar embarazada. En este sentido la imagen corporal es fundamental ya que se llegó a la conclusión de que, cuanto más una mujer se ve a sí misma poco atractiva, es más probable que atraviese por una disminución del deseo sexual”.
Otro de los factores a considerar, planteado por Miriam Stoppard en su libro, es la preocupación de los padres por lastimar al bebé, debido a que gran parte de las mujeres se preocupan por la seguridad de sus hijos cuando están teniendo relaciones sexuales. Lo muchas veces, podría afectar su deseo sexual.
Es por ello que los especialistas hacen hincapié en recordar a los futuros padres que lo importante es comprender que estos cambios son completamente normales y forman parte de todos los embarazos. Esta es una situación pasajera durante el embarazo, y que puede que incluso con el transcurso de unas semanas la situación cambie. Si no hay ningún impedimento, el sexo puede disfrutarse mucho y de manera especial cuando la mujer está embarazada. Realmente existen pocos casos en los que mantener relaciones sexuales está contraindicado.
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